Pintor ecuatoriano nacido en Bucay. Empezó a interesarse fuertemente por la escultura y el arte popular desde temprana edad. Sus fuentes de inspiración son las formas de la geografía ecuatoriana, así como, el colorido de las artesanías indígenas. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Central de Ecuador, y en 1974, cuando todavía era un estudiante, realizó su primera exposición, esta muestra sería el exitoso inicio de una serie de exposiciones a nivel nacional e internacional. Desde entonces, expuso en las mejores galerías y museos del país, a la vez que recibió varios reconocimientos por su labor en el extranjero. Se le considera además, uno de los pioneros de la escultura monumental en el Ecuador. La pintura de Endara sintetiza tres estilos que se desarrollan en su narración pictórica y fantástica. Lo naif es su punto de partida. El artista comienza a interpretar aquel mundo lejano, indudablemente andino a través de una mirada despojada de sentido crítico. Pinta una fábula con apariencia de historia. Y lo hace desprevenidamente. En la ambiguedad de los elementos compositivos, encontramos una segunda influencia que se le une a la naif bajo la suposición de que Endara trata de hacer una representación pictórica de una realidad bajo ciertos supuestos de ingenuidad, y en el surrealismo del belga René Magritte. Existen elementos en las obras de Magritte que son constantes en el trabajo del artista ecuatoriano: la rosa, los huevos pétreos, y sobre todo el tratamiento de la luz. Aquello que aparece como insólitamente real, al tildarlo de surrealista se transforma en una verdad pictórica; existe una seducción de los elementos, complicidad que pone en tela de juicio la apariencia de los valores tradicionales a través de un sutil cambio visual: el tratamiento de la luz
Obras:
Flor del sol
La niña, su padre y el perro que ya murió